Una profesora colombiana y su experiencia educando a niños chilenos
Por: Wilson Charry @WilsonCharry
Quizá una de las profesiones más importantes en una sociedad, es la del profesor. Sin embargo, es paradójico que al mismo tiempo sea una de las menos valoradas, por lo menos en la realidad latinoamericana. Hablamos con una profesora colombiana radicada en Chile quien nos contó acerca de su experiencia como docente en el país, su opinión de la educación en Chile y sus proyectos laborales a futuro.
Lizeth Barón estudió Pedagogía en Biología en la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá – Colombia, y tiene un Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, y desarrolla la importante misión de educar a jóvenes chilenos. Actualmente es profesora de Ciencias Naturales de Educación Básica en un colegio de Santiago. Nos cuenta que tuvo una mala experiencia como profesional recién llegada al país.
En Colombia era muy feliz dando clase, acá en Chile también lo estoy. Sin embargo, al llegar tuve una experiencia que me impactó como profesional de la educación. En uno de los colegios donde trabajé, además de la pésima remuneración, se vivía una situación en la que los sostenedores del establecimiento se interesaban más por el ingreso económico que por la educación de los estudiantes, lo cual generaba un ambiente de desmotivación que también era reflejado por muchos de mis colegas, pues no se daban las instancias para enriquecer nuestra labor, ni para el crecimiento en valores ni académico de los estudiantes.
Agrega que esa situación se veía reflejada también en el comportamiento de los mismos alumnos.
Eran niños con unas condiciones muy particulares en cuanto a la convivencia. Algunos tenían papás en la cárcel, problemas de droga, etcétera, sin embargo, era paradójico que chicos de primero medio contaran con una tablet u otros aparatos tecnológicos costosos y no tuvieran el seguimiento de sus padres. Eran muy agresivos, estaban a la defensiva, sin ganas de aprender pese al esfuerzo de los profesores. Y sobre todo no tenían ningún tipo de respeto por el profesor.
¿Pero esa situación no se ve en la mayoría de los colegios?
Si, con el modo de vida actual, es común ver que los padres complazcan a sus hijos en lo material, pero cada vez más hay una ausencia de ellos en el contexto familiar. El problema es cuando en el colegio tampoco haya un interés por mejorar la situación de estos jóvenes colocando reglas, límites, no se les guíe en su formación como personas y que, aunque suene duro, vean al estudiante como un objeto económico.
Cualquiera podría pensar que la situación era similar o quizá peor en el colegio donde dio clases anteriormente, ubicado en La Pintana, una población más vulnerable y estigamatizada por la delincuencia. No, no fue así. Solamente tuvo que acostumbrarse a los comentarios diarios que le hacían los alumnos basados en la popular teleserie de Pablo Escobar, el conocido narcotraficante colombiano.
Me preguntaban siempre por Pablo Escobar, que si lo conocía y muchos comentarios eran en torno a él….hasta me decían en broma que si yo era su esposa.
Nos cuenta que ella lo tomaba sin ningún tipo de incomodidad, aceptando que éste personaje hace parte de la historia de su país. Sin embargo, en ocasiones sus alumnos sobrepasaban los límites al hacer comentarios mucho más fuertes y más frecuentes sobre la droga y el narcotráfico en general. Ahí la profesora tenía que exponer su autoridad, explicándoles que ese personaje había significado un episodio doloroso para Colombia y que había sucedido años atrás y que ahora era otra realidad.
En general, se ha sentido bien acogida por sus colegas y por la misma administración de los colegios donde ha trabajado. No ha tenido mayores complicaciones de adaptación en todo el tiempo desde que salió de su natal Bogotá.
Al indagar sobre el concepto que tiene de la educación chilena, nos cuenta que en general es buena y no muy distinta a la de Colombia, donde también tuvo la oportunidad de dictar clases durante cuatro años. Siente que en ambos países hay muchas cosas por mejorar, empezando por la falta de valoración y respeto hacia el profesor.
Este es un trabajo mental demasiado desgastante. Todos los días, después de llegar a la casa, toca revisar pruebas, planear clases, diseñar evaluaciones, etcétera, ahí ya se va toda la tarde o todo el fin de semana. Además del trabajo diario, siempre tenemos que trabajar horas extras en nuestras casas, y eso nadie lo remunera… Como dicen por ahí, el profesor trabaja por “amor al arte”.
Argumenta que también mucha de la responsabilidad en la educación inicia desde el hogar. La falta de atención de los padres es evidente en algunos casos, se ve reflejado en el alumno si no hay presencia de ellos. La educación comienza en casa.
En cuanto a la parte académica siente que no hay mayores diferencias con el país cafetero. Sin embargo cree que en Chile preparan más a los estudiantes para las pruebas de aprendizaje, y en cuanto a Colombia se enfatizan más en valores.
Una de las diferencias es que en Colombia existe, lo que llamamos, escalafón docente, además se hacen concursos para que uno pueda ser profesor de colegios públicos, para lo que se deben presentar exámenes ante el Estado. Acá no, en los colegios de cualquier tipo de financiamiento se presenta el currículum y luego hay una contratación directa con la institución que corresponda.
¿Y cuál de los dos sistemas le parece mejor?
Opino que los dos sistemas tienen ventajas y desventajas y sería bueno considerarlas para complementarlas y así mejorar un poco. La ventaja del escalafón docente es que, como su nombre lo indica, uno puede ir escalando en el salario dependiendo de los estudios y experiencia que se vaya adquiriendo, eso sí, debe pasar por un proceso de evaluación del Estado. Por otro lado, la ventaja de la contratación directa por parte del Estado a los profesores de colegios públicos es que todos tienen los mismos beneficios, por el contrario, en Santiago hay ciertas diferencias que dependen de la comuna en la que trabajes. Una de las ventajas del sistema chileno es que pagan los doce meses, en cambio si eres profesor en Colombia de un colegio privado, el contrato se hace solo por diez meses. En fin, no terminaríamos en mucho rato si continuamos hablando de lo bueno y lo malo de los dos sistemas.
¿Cree en una educación gratuita y de calidad para todos en Chile?
Pienso que cada uno debería pagar de acuerdo a su posibilidad, la idea es que todos tengan las mismas oportunidades independiente del ingreso económico. Se ha protestado mucho por esto en Chile, y el temor de muchos es que la calidad de la educación vaya a disminuir, pero creo que si se logra la gratuidad o un sistema similar, el proceso de selección debería ser más riguroso. Sin importar el estrato social, la educación siempre debe ser de calidad.
Hasta ahora no tiene planes definidos para un futuro. Quiere postular a programas de educación ambiental y tal vez se quede en Chile dependiendo de las oportunidades que vayan surgiendo paulatinamente, o tal vez se regrese a Colombia donde asegura que vivía bien, a diferencia de algunos de sus compatriotas que manifiestan no querer regresar.
Por ahora estaré en Chile porque me siento bien en el establecimiento donde estoy. No regresaré a Colombia por el momento. Amo mi país y soy feliz cada vez que voy, sin embargo quisiera recorrer otras partes del mundo antes de regresar.
Evidentemente el tema de la educación es una cuestión que trasciende fronteras y poco interesa si se es colombiano, chileno, argentino… es una profesión que se lleva en la sangre. Se necesita de mucho corazón para trabajar por una causa que ante muchos ya está perdida: la dignificación de la labor docente. Porque no se trata aquí de discutir cuál es el mejor currículo o quizás la metodología didáctica más novedosa, se trata de comprender que es una labor que necesita del apoyo de la familia, de las entidades públicas y privadas, de los diferentes entes gubernamentales.
Hasta que en las agendas nacionales el tema de la educación y la dignificación de la labor docente sea visto como un tema relevante que se encuentra en estado crítico y al cual en muchas ocasiones se le ha asignado el peor presupuesto o se le ha dado la menor relevancia, hasta entonces tendremos esperanza de que nuestra labor sea valorada como un acto de amor y servicio que trasciende en cada aspecto de nuestra vida y que va más allá de ser simplemente una labor salarial.
Hola, soy de Colombiana y hasta ahora inicio mi trayectoria en la enseñanza. Sin embargo, comparto la perspectiva de justicia que Lizeth Barón muestra al comentar que el costo de la Educación debe ser acorde a la facilidad económica de cada quien. En Colombia, el encargado de proveer un sistema educativo efectivo es el Estado, pero los dirigentes últimamente han querido implementar modelos extranjeros sin un previo estudio de factores de Variación como el factor económico (Labov), también de espacio, tiempo y relación entre los hablantes. El contexto Colombiano no ha sido tenido en cuenta por el Estado Colombiano, algo absurdo debo decir.
Todas las dificultades administrativas y salariales que un docente debe afrontar son llenadas en cierta medida con estudiantes deseosos de aprender, aquellos en los cuales puedes haber un cambio radical incentivando su curiosidad por aprender, por desarrollar sus habilidades como individuo y así contribuir a futuro en cambios necesarios en su país. Realmente amo la enseñanza y se que hay cosas por cambiar pero que bueno que somos Miraístas! porque sin lucha el deleite de la victoria no sería igual.